lunes, 22 de diciembre de 2008

Sutura

La aguja clavando el contorno de la herida, mágica, perfecta. Entonces nace el primer grito de dolor
Tus ojos mirándome.

El rojo de mi ilusión brotando y manchando. El hilo traspasa la carne y une rompiendo la coraza.
Tu mano sosteniendo la mía.

¡El cuerpo salta y defiende su territorio fieramente!. La soledad lanza su primer ataque.
Me has tocado el corazón.

Entre dolor y muerte, camino lejos, muy lejos, arrastrando los pies sientiendo como muero.
Me alejo de ti, tu voz suave me reclama.

Caigo sin cabeza al suelo, el silencio solo me muestra el sonrojo de mis mejillas y lo ardiente de mi corazón.
Te acercas, me sostienes, me proteges.

Me rindo... y la aguja se clava una y otra vez, mientras los pedazos del pasado se desprenden y cerrando los ojos ignoro cuanto amaba.
Me amas...

La Sutura es débil, siento el quejido de mis años sueltos; vuelvo la mirada hacia la tuya, donde te encuentro con las manos abiertas ofreciendo la vida.
Y me entrego a ti, vencida.