La noche es algo maravillosa.
A lo lejos, las sombras bailan al compás de la fogata; porque en el albergue de la oscuridad todos somos iguales.
Tanto tiempo en la lejanía y ella que observaba el cielo quizás buscando un milagro. Pero ese milagro había partido hace mucho bajo la promesa de regresar un día...
"Sí, había sido una tarde como ninguna. A su espalda, el bosque que tantas veces les vió reír. Él, su querido amigo y compañero de batallas, el caballero negro, Lobo, señor del las bestias partía en un viaje inoportuno y extraño, solicitado en las lejanas tierras de Orhius donde estaba su deber.
- Volveré - dijo, acercándose a ella - cuando veas la luna recuerda que ahí estoy y que pronto regresaré a tu lado al encuentro de nuestras almas -
- Y cerca de la Luna - le dijo, tomándo el rostro de él entre sus manos - hallarás una estrella que te recordará mi espera y alumbrará el sendero que te regrese a casa -
Se miraron. El sol cómplice partía a dormir entre las montañas y el suave refugio del atardecer ocultaba a esos minutos, largos y extensos que llevaron a la cercanía, al suspiro...al beso, ese esperado y anhelado beso, que traía consigo las emociones encontradas.
Se alejó unos pasos, no sin antes rozar su mejilla como cuando aún era una niña. Ella no quiso sonreir, quizás no podía decir nada cuando le vió partir."
¿Cuánto de aquello?. Tantas cosas habían pasado... Miró al cielo y notó que las nubes escapaban al frío susurro del viento y desnudaban la presencia de la Luna.
- Hermosa y eterna ¿dónde lo escondes? aún lo espero, traelo de vuelta - Y el viento cubrió de duda a la hermosa espera...
Más allá, dónde la oscuridad todo lo toma y la tierra había sido manchada por la batalla, luchaba el Lobo junto a sus bestias y en medio de la desesperación, el astio y el aire enrarecido por la venganza, él dedicaba una mirada al cielo. Aún así, no podía dejar la espada.
Miró entonces en dirección a sus deseos y ahi se hallaba su estrella, brillante y fija como la mirada de quién él tanto añoraba...
Pero ella jamás le vio regresar ni el Lobo encontró a su amada...
Un amor perdido, pero jamás olvidado.
Un amor puro y sincero que no halló encuentro en esa tierra manchada de mentiras y guerra, de muerte y desolación.
3 comentarios:
Un amor ajeno que aún así puedes transmitir como si fuera propio de cada uno y de cada quién lee tus líneas.
Impecable, como siempre.
Saludos
Falcor
increíble!!!
Es maravilloso (aunque doloroso) manifiesto del amor, que entre las sombras sigue esperando, tal vez por siempre...
Sin embargo, es el amor ltal vez la única fuente de luz en millones de lugares donde la sombra del dolor domina... sigue así!!
< Suspiro con cara de de cordera degollada > Qué preciosa historia!! Lo triste es el final, pero es... es tan bonito, que cuando tenga hijos se lo contaré a ellos también!
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