sábado, 29 de septiembre de 2007

Venganza.




Desde lo más profundo de la torre, la mirada del caballero se encontraba con la desolación. Y esa mirada por tanto tiempo abandonada a su suerte tras la derrota de los dragones.
- El más valiente de todos, ¿dónde está? -
Repetía innumerables veces. La última vez, durante el estacionamiento de una batalla le vió salir raudo en dirección desconocida, con la mirada perdida hacia un camino que ni él ni algún otro de los soldados que le acompañaban lograba comprender.
- Pero eso ya no importa -
Decía siempre, al ver que las horas designadas al escaso sol acababan. Pero era en ese minuto donde los peores sentimientos sembrados en el corazón del Dragón avecinaban como una enfermedad terrible y avasalladora. Sí, eran sentimientos desconocidos para cualquiera de lo que alguna vez formaron tan respetable escuadrón de bestias aladas. En otros tiempos, se le habria castigado, en aquellos tiempos él feliz habría aceptado cualquier tortura con la más extensa sonrisa, pues no había deseo más ferviente en su corazón que el volver a ver la grandeza de la tierra oscura.
Entre los escombros de aquel lugar podía observar las odiadas luces azules, las detestaba. Rodeaban las ruinas del castillo negro y desde ahí podía observar el eterno arder de las torres sagradas que en tiempos remotos eran lugar de residencia de los caballeros negros.
- Malditos...mil veces por la eternidad. No conformes con destruir condenan a la eterna visión de dolor como nunca, nunca dejarán de arder. No nos dejan olvidar la terrible derrota y el abandono. -
La condena de la visión, del estar vivo... de haber sobrevivido. El caballero odiaba y reía, cantaba canciones de tiempos antiguos llenos de honor y fuerza, enloquecía entre sus harapos y lo que quedaba de una fuerte armadura.
- ¿En que me he convertido? - Decía despues de desatar sus terribles emociones en contra de las desechas paredes que había sufrido por largo tiempo los golpes de sus puños siendo la sangre fiel testigo de aquellos arrebatos de dolor.
Volvía entonces a lugar por donde podía observar las llamas que todo lo quemaban y la prisión de su amor. Aquel caballero no era otro que uno de los tantos que lloraba en silencio y sus lágrimas clamavan batalla a través de la lluvia que, sin obtener su cometido, caía sobre el fuego de los magos intentando poner resistencia a semejante poder.
Como en una historia contada desde el infierno, el dolor no consigue pasar...aumenta conforme pasan las horas, y es que no era lo peor, venian las voces...las voces a lo lejos que solo un dragón podía oir, el gemido constante de las bestias aladas, de los amados dragones caer bajo las espadas y cadenas del enemigo, el paso lento de los condenados a ser esclavos de las equivocaciones de otros y su eterno clamor por justicia.
Y él, que podia oir cada una de ellas se preguntaba - ¿cuándo moriré?- y despues de decir esto se odiaba a si mismo, pues era un deshonor esperar a que la muerte viniera por él. No es lo que el primer caballero les había enseñado, ningun dragón podia tener mejor muerte que en batalla defendiendo a la tierra amada.
Miró entonces por largo tiempo sus manos golpeadas inutilmente contra algo muerto y sin vida, desperdiciadas a través de los años por la soledad y el odio sin un cometido, sin una razón.
- Al final, todo se ha perdido. Ella se ha ido, él no ha regresado con nosotros. Todos han muerto en manos del fuego azul, luchando por un sueño, luchando aún...la espada en alto, el orgullo en el corazón y la esperanza de poder llegar a ver otra vez el hogar de donde habia sido expulsado como un vil ladrón. No, para esto no hemos nacido.-
Puso el caballero sobre sí lo que quedaba de su armadura y marchó.
No volvió a llorar...
No volvió a odiar...
No volvió a golpear a un muerto...
Cerró los ojos mientras dejaba que la lluvia cayera sobre él, así estuvo por un día y entonces concentró todo aquello que él era en una idea; Una.
Un sentimiento, una emoción, un respiro...
...La venganza...
- No más corazón ni lamento, eso no levanta a una espada. Un dragón negro, un caballero de tierras oscuras al servicio de la fuerza. No más espera, no hay más camino que seguir ni duda que aceptar. Somos todos los caballeros uno por ella, princesa, por Orhius. -
El caballero sin corazón caminó sosteniendo su espada por todo el tiempo que duró su trevesía hasta el fuego azul que aprisionaba el castillo, ahí, frente a él mientras los soldados que guardaban aquellas tierras venían hasta él, el tiempo se detuvo y pudo abrir los ojos para ver una vez más el glorioso y magnifico volar de los dragones por sobre su tierra.
Cuando ya casi era alcanzado levantó en alto su espada y con un grito lleno de fuerza, de una fuerza única nacida de la suma de los sentimientos llamó a la venganza y se avalanzó contra el fuego azul.
Ese fue el fin de aquel caballero, la lluvia seguia cayendo sin cesar pero ahora, con más fuerza y desición, con más vida que muerte.
Eso es justicia por Venganza.
Es lo que he visto en mis sueños, el dolor que siento, la fuerza que obtengo, el valor enaltecido,el rezo constante sobre mi espada para y por ellos, mis caballeros que siguen luchando en nuestra ausencia...


K de T.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Palabras....



" Si personas como tú se rinden, realmente estamos perdidos..."




Se agradecen estas palabras.


Saludos.


K de T.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Cuento de Amor por olvido.



La cabeza y corazón, en constante batalla.

Pero, un día ocurrido el milagro del amor, fueron uno solo.
Y tiempo después, la razón triste y desfallecida al ver al corazón medio muerto intento lo imposible.
Y buscó eliminar la memoria, y dijo, que habían cosas que jamás sucedieron.

... Jamás había leído sus letras.
... Nunca había sonado el teléfono transportando su voz.
... Nunca compartió esa mirada que lograba que el tiempo desapareciera.
... Aquellos viajes jamás se concretaron.
... Fueron sueños, dulces sueños, cuendo sentió el amor através del tacto de sus dedos acariciando la piel, sus besos, sus pocos pero largos e intensos besos eran el ferviente deseo del inconciente.
... La risa que oyó, la alegría y felicidad que me transmitia al estar ahí eran una broma de la razón de la cuál ahora mismo se disculpaba.
... No hubieron abrazos, momentos de compañia y comprensión, ni silencios.
... No, insiste la razón, jamás hubieron esos silencios que eran el libro de esa historia, escrito, día con día y palabra a palabra.
... Ni hubieron lágrimas, ¡cómo!... las lágrimas son el grito suave y dócil del alma. Y eso, decía la razón, no existe. No existe el amor de alma por alma.

Luego, la razón que borró todo recuerdo de amor, dulzura y pasión recorrió en la memoria aquellos momentos tristes que, como concecuencia de lo anterior, también debían ser borrados.

Y entonces la razón hizo que desaparecieron del recuerdo diciéndole al corazón:

... Que no había ausencia
... No hubieron penas
... Las constantes preguntas del ¿Por qué?
... ¡Nunca! existieron las palabras crueles...
... No hubo esa extensa espera de su llegada para comprender que el miedo de lastimar al ser amado nos lleva a hacer cosas que no deseamos y los alejamos de nosotros..
... La decepción no existió...nunca.

Al final, la razón cumplió su cometido; No había recuerdo alguno sobre aquel amor, más sin embargo el corazón seguía llorando y ésta al preguntar el por qué no obtuvo más que una respuesta del corazón:

"No se por qué lloro, es algo que no recuerdo y se que no existe; más sin embargo es más fuerte que yo, lo siento, lo percibo y duele"

La razón, conmovida, no lograba en su extenso poder de lógica hallar solucion ¿qué más hacer?

Parecía que habían cosas inolvidables, fuera de su alcance. En su busqueda halló una solucion que no era la deseada.

Entonces, el corazón recurrió a un abrazo de la razón y asi se quedó, silencioso, frágil...

- Esa es la respuesta -
Y deshizo lo hecho; regreso el recuerdo al corazón y éste hallo motivo para el llanto.

Y lloró junto a la razón, que pacientemente, esperó a que aquello pasara pues como ella bien sabía, aquello era inevitable.

Pacientemente espero a su querido corazón para enseñarle a recordar que tambien existe el amor para con uno mismo y que, también, existe el olvido para el alma.

K de T.





jueves, 13 de septiembre de 2007

¿Ahora quién?



¿A quién van a engañar ahora tus brazos?
¿A quién van a mentirle ahora tus labios?
¿A quién vas a decirle ahora "te amo"?
Y luego en el silencio le darás tu cuerpo
Detendrás el tiempo sobre la almohada
Pasarán mil horas en tu mirada
Sólo existirá la vida amándote
¿Ahora quién?
¿Y quién te escribirá poemas y cartas?
¿Y quién te contará sus miedos y faltas?
¿A quién le dejarás dormirse en tu espalda?
Y luego en el silencio le dirás "te quiero"
Detendrás su aliento sobre tu cara
Perderá su rumbo en tu mirada
Y se le olvidará la vida amándote
¿Ahora quién?
¿A quién le dejarás tu aroma en la cama?
¿A quién le quedará el recuerdo mañana?
¿A quién le pasarán las horas con calma?
Y luego en el silencio deseará tu cuerpo
Se detendrá el tiempo sobre su cara
Pasará mil horas en la ventana
Se le acabará la voz llamándote
¿Ahora quién?
¿Ahora quién?
Ahora quién si no soy yo
Me miro y lloro en el espejo y me siento estúpida
Ilógica, y luego te imagino todo regalando el olor de tu piel
Tus besos, tu sonrisa eterna y hasta el alma en un beso
En un beso va el alma
En mi alma está el beso que pudo ser.



M.A...(Sonando en mis oidos y alma)

lunes, 10 de septiembre de 2007

Extranjeros.


Los veo caminar y vivir, destruir y aniquilar. Olvidar los sentimientos con la firme creencia que son aquellos los que los hace más débiles.

Corren no reconociendo su entorno ni admirando la belleza de lo que esta tierra les ha regalado, conforme avanzan en su vida terminan por detestar su existencia en este mundo.

La sabiduría es olvidada; ancianos y niños son el paso inútil en la sociedad, el estorbo que pronto debe acabar o crecer.

Entre ellos, en el tumulto de gente que va y viene olvidándose de si misma, estoy yo y algunos como yo.

Ni de unos ni de otros, buscando respuestas en una tierra árida de conocimiento y valores. Extrañando nuestro hogar el cuál perdimos, extranjeros en la tierra maldita de la ignorancia y el poder.

A veces, me siento a observar. Otras tantas me rio, pero más de alguna vez siento pena por ellos.

He podido sentir lo frágil del cesped bajo mis pies desnudos, ser capaz de sentir la tibieza del sol y el murmullo de los árboles; La paz está entre ellos, pero ignorantes, la cambian por el asfalto frio y su propia decadencia. He observado detenidamente su proceder, tienen miedo, la mayor parte del tiempo sufren por eso.

Quizás es aquello lo que los hace merecedores de esta tierra; el dolor del que son capaces de sentir y al cuál temen en demasia.

Porque pocos reconocen la importancia del miedo, de enfrentar al demonio hostil que se esconde en cada rincón oscuro de las calles mal olientes de esta ciudad; del miedo nace el valor.

Pero los héroes son personajes extintos de épocas remotas, recordados en algún libro que se ha vendido por papel para reciclaje...

Y continúan de esa manera.

Hay días en que no tengo idea hacia dónde ir. Generalmente los días sábados escapo a algún rincón verde de los pocos que quedan en esta terrible cuidad y quito mis zapatos para caminar algunas horas sintiendo algo de nostalgia por mi amada tierra.

El enemigo come, duerme y vive entre ellos, los consume a poco. Su suerte está echada.

Algunos de los mios luchan incanzablemente contra ese terrible enemigo cada día más fuerte, yo solo espero que su lucha no sea inútil.

A pesar de ser extranjeros, nos relacionamos con ellos. Entornos cercanos, amigos, conocidos...

Y eso de alguna manera nos ha hecho pensar en las raíces, que, apesar de yo misma tener fuertes razones para ellos, no consiguen que me sienta parte de este tan patético lugar.

No soy ni pertenezco, es un castigo para mi. No hay día en el que desee pase el tiempo pronto y termine mi ciclo aquí. Alguien me dijo un día que los milagros no existen y que las cosas solo se consiguen siendo consecuentes por lo que más deseas; y me pregunto, si tantas veces he deseado volver a mi hogar y he luchado incanzablemete por ello ¿por qué no ha sucedido?

Creo que esa persona tampoco sería capaz de responder a semejante incognita.

Vuelvo a estar en algun sitio del centro de la cuidad, observando como se autodestruyen y mientras tomo de mi bebida cierro los ojos pensando en mi próximo paseo en el cesped del parque Bustamante, caminando en circulos e imaginando que ya no soy una extrajera entre los hombres y el enemigo, sino, que estoy en casa.



K de T.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El beso de una gata.


En medio de las sombras los besos nacen y mueren...

Nacen, por necesidad, otras veces por simple deseo...

Y mueren, porque no tienen vida

Son semillas no destinadas a crecer en el corazón.

Cuando el corazón es tierra infertil donde sembrar.


Sí, es cierto. Las gatas sabemos de aquello...


De la tierra infertil, del atardecer rojo y las noches

con su aire tibio.

Un aire embrujado de sueños y ojos cerrados

dónde nada importa, solo sentir.

Y se siente bien, dulce y agradable.


El beso prestado, el beso robado...


Y no importa cuanto desees retener ese momento

es inevitable; la noche llega, el frio cae y la niebla borra la marca

esa, que queda fragilmente tibia al roce y el abrazo

aquella, que parte en distintas direcciones tratando de olvidar

que el beso, ese intenso beso solo fue un préstamo


El pago inmortal para las felinas de negra noche como yo, que sabemos inalcanzable el beso de amor como la luna...



K de T.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Escucha a la Lluvia




Escucha,
Escucha cada caída de la lluvia (Escucha, Escucha)
Aaah
Susurrando secretos en medio de la lluvia (Escucha, Escucha)
Buscando mágicamente a alguien quien escuchar
La historia es mas de lo que escondese
ira por mucho tiempo cada caída de las gotas de lluvia
Mientras tanto, ¿podremos esperar?
Es muy difícil decir adiós
Escúchala, a la lluvia
Estuve sola en el medio de la tormenta (Escucha, escucha)
Mas tarde, dulcemente digo "no"
No se pueden quedar por ti, pues no tienen mucho tiempo
Abre tus ojos al amor que te rodea
Tu puedes sentir que estas solo
Pero yo me mantengo aquí contigo
Puedes hacer lo que quieras
Pero siempre escuchando a la lluvia
Porque esa lluvia siempre seré yo
Escucha...

(Evanescence)