
¿Como te atreves a nacer, amada y encantada?
Yo no te recordaba...
estabas en algún sitio de mi alma,
y por ti, he llorado otra vez la desesperanza.
Esa era yo, y eras tú,
era la inocencia de una mañana, el matiz
de mis infinitas prosas en tu nombre.
Amor, sí, amor...
Eso era la rosa Blanca.
Pero el infierno que maldigo
como el acto de tus labios en desidia
rencor y odio,
Han vuelto mis rosas en amargas.
Ahora, soy Rosa...simplemente Rosa.
Te veo radiante en el campo de espinas
esas, que son ahora lo único que crece en mi
infinita alma.
Una reina de corazones olvidada.
Noche, idolatrada en mi tierra desencantada.
Rosa blanca, que las lágrimas visten
de sangre inocente y derramada.
Como te atreves a sembrar en el vacio de mi pecho
el principio elevado de la esperanza.
K de T
3 comentarios:
Lindo, lindo... aunque prefiero las Rosas bien rojas y con pocas espinas, para que no me pinchen mucho cuando me acerco a ellas y las marcas en mis manos se borren rapidamente.
Un abrazo amiga.
Sobre las rosas rojas ya escribi en una oportunidad, tambien sobre las espinas y ahora merecian las blancas su momento tambien.
...
¿Amiga?
Bueno, al fin me asustó de verdad.
Saludos Caballero.
Una hermosa rosa blanca, eso eres todavia...
solo que ahorita no es temporada, pero pronto entre esas espinas volveran a florecer rosas màs bellas que las hierbas verdes que siembra dark knigth... jejejeje!
un saludo! que buen trabajo!
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