viernes, 17 de julio de 2009

30... (Y llegó el día)

Bueno, serás pocas letras.
¿Qué pasa al llegar a los 30? pues simple: Nada.
Si, los diez años pasados son un libro de interminables hojas que podrían leerse y los post en este blog serían interminables.
Siendo así entonces y más que seguir hablando sobre lo pasado (de lo cuál me encargaré en un buen par de citas) hablaré como he comenzado este futuro y de ello rescato dos frases de un par de personas muy importantes para mi.
Frase o disposición primera (amigo 1)
¿Estás dispuesta a quitar tu armadura y decir lo que debemos?
Frase o deseo segundo (amigo 2)
Te invito a vivir ¿quieres?
¡Bienvenidos los próximos 10 años de aventura!

lunes, 6 de julio de 2009

30 ... (¿y que pasó con todos?)

Hace un dia (la verdad que es mejor decir "fue ayer") pensaba en mis incansables compañeros de fiesta, no hacer nada, planear todo y anhelantes de una vida perdida en el tiempo.
Al día de hoy, puedo decir que no tengo contacto con ninguno. Un día dije "ya no llamaré más", deje de hacerlo y todo acabó ¿será que, despues de todo, el León tenia razón y era yo la que mantenía unido aquello que era inunible?
Puedo decir que sé que hace doña A, también que se de que padece doña I, he oido un buen par de veces, despues de un plato de papas fritas y un cigarro, a Don C hablar sobre sus aventuras amorosas y de su constante falta de tiempo, pero por sobre todo, nunca se que hace, dice o siente don A.
Ni hablar de seres como el lobo, quién despues de ser padre, ha muerto o del mago. Por cierto, anoche soñé con él y le veía felizmente casado...
¿Y qué pasó con todos?
Diez años atrás, nos veíamos al menos una vez por semana. Cinco años atrás discutiamos, nos uniamos o desuniamos pero seguíamos juntos de alguna forma. Dos años atrás me cansé y desilusioné y ya casi no nos vemos.
Es un acto de egocentrismo de mi parte pensar que todo esto ha pasado por que yo dejé que asi fuera, quizás cuando nos reunamos todos descubra la verdad pero lo que menos me gustaria pensar es que don A tiene razón y que ya no existe el motivo para estar unidos.
Si ese motivo dejó de existir, quiere decir que parte de todos nosotros se ha perdido o muerto.
¿Es la vida, los hijos, el trabajo, esta absurda vida esclava de las circunstancias personales o simplemente derrota?
Que pena.
No puedo simplemente olvidar aquellos momentos, todos ellos, de peligro, alegria, misterio o simplemente de no hacer nada y reir de todo. No puedo olvidar que eráis un grupo de familias perdidas reunidas por una razón que ninguno aún llega a comprender.
Lo que si debo comenzar a olvidar, ahora, es la posibilidad de que todo sea como debe ser o que todos comprendan lo que deben hacer sin perderse con ello en el tiempo.
Debo comenzar a acostumbrarme a la pérdida de cada uno... aunque la duda que me asalta ahora más que en cualquier momento es ¿les haré falta yo?
Que paradoja es escribir sobre lo que se siente y al final darse cuenta de la única posibilidad con la que no se a contado es aquella en la que no somos protagonistas o simplemente somos antagonistas de la vida de otros.
Quizás no me doy cuenta y es a mi a quien se ha olvidado.
La vida sigue después de los 30... con antiguas ausencias.

jueves, 2 de julio de 2009

30

Bien, es un momento especial.
A 15 días de un nuevo ciclo, uno importante.

Han pasado tantas cosas en estos últimos 10 años, algunas que hubiese querido jamás vivir y otras por las cuales vivo sabiendo quién soy.

Mi corazón y espíritu son un mundo en constante batalla, una carrera para evitar sentirme parte del entorno, el ideal de no querer ser más de lo que ya soy.
¿Recuerdas, mi amigo, aquellos fríos días bajo la lluvia dónde éramos nosotros mismos y nada nos unía a esta realidad?
Aquellos días definen quién soy, porque para mi la lluvia siempre ha sido simpleza, fuerza escondida, vida y muerte, lo sagrado e inmaculado, mi única conexión con este mundo.
¿Dónde estoy y qué soy ahora?
A veces temo responder a esa pregunta.
Quería luchar, aún anhelo tanto hacerlo y mi espíritu agarrotado de espera no consigue cumplir con aquel tan profundo deseo porque las raíces me han impedido volar tan lejos como siempre he debido.
Quería ser yo misma más que cualquier otra cosa en este mundo, lo logré, pero a raíz de ello me quedé sola.
Quería regresar a casa… ¡ese sí era un sueño!
¿Has visto alguna vez una flor en una fría mañana?
Sino es así, deberías verlo para saber con quién vives y a quién tratas.

Cuantas cosas más deseé y tengo que decirlo; a ti te deseé como nada en este mundo. Y resultó que no eras para mí. Algún día, mi amigo, te diré que cuando estaba en tu compañía en aquel café que duraba horas regresaba inevitablemente a ese que era nuestro verdadero hogar.
Me he convencido gracias a él de que mis ojos brillan con una luz especial. Jamás lo creí, pero es así y eso significa que soy más de lo que quiero llegar a entender.
Quise escribir mil cuentos y no he terminado el primero. Una de las razones para creer que la muerte no ha de venir pronto es querer dejar algo de nosotros aquí, sí, tengo 10 años más para hacerlo.
Quería olvidarte, dejarte de lado como tú a mí, quería ser siempre esa gata en el tejado...
Aún quiero hacer todo aquello y lo lograré…

Pensé que mi vida sería más solitaria de lo normal al ser yo misma, pero, en un mundo de constantes batallas apareció él, quién se convirtió en espera y descanso, en un lugar dónde descansar las heridas, un momento dónde no me retienen más de lo necesario y me dejan volar libre anhelando mi regreso. Él es paz, así lo defino, un ser heroico que soporta mi presencia extraña y ambigua, que logra saber quién soy y no se asusta por ello.
Un “… De ja vù…”

¿Dónde estoy y qué soy ahora?
Estoy dónde debo estar y soy yo misma, con el alto precio que pagué y pagaré aún por ello.
(continuará...)