
La noche ardía en gotas de lluvia que sosegaban la pasion de aquellos que, en medio de piedras rotas al corte de espadas, podían observar a través de la poderosa muralla. Todo cuanto se alzaba, piedra sobre piedra, pilar contra pilar era más antiguo que el amanecer mismo.
¡Catapultasssssssssssss! - gritó el de la torre y la tierra comenzó a tronar, el fuego volaba sobre las cabezas y el muro norte tambaleaba.
Los escudos del enemigo tronaban al ser golpeados por espadas, el ruido de los gritos de mujeres dentro del castillo hacian insoportables los embistes mientras arqueros eran armados para soltar sus flechas contra el primer batallón que asediaba la pared frontal. Una piedra perdida golpea una de las torres laterales, las piedras rompen parte de la pared y gran parte de los arqueros caen bajo las piedras - ¡Escaleras! - gritó un soldado
La hija de Dragones que defendía aquel castillo observaba sola paseandose de un lado a otro por la caletera superior sin temor a flechas golpeando a cada oficial que le insinuaba debia ponerse bajo protección.
- ¡Desenvainen!... caballeria a proteger las puertas, soldados conmigo!!!!
El oscuro acero forjado por dragones blandia ahora en la mano de una mujer, la cinta roja que hondeaba en la empuñadura recordaba la deuda pendiente que tenia contra sus enemigos y la sangre que habia sido derramada.
Un grupo de cinco logró entrar y violar la defensa. Nadie puedo detenerla, algo se apoderaba de su pecho y su rostro reflejaba un halo de fuerza y convicción
¡No entraran, yo estoy aqui!
El golpe de su hombro desestabilizó al primero mientras la espalda oculta tras su espalda aparecia por su derecha alzandose contra el pecho del enemigo partiendolo en dos, sin descanso el segundo iba por su cabeza mientras su espalda se doblaba hacia atrás y su puño derecho se preparaba contra el rostro. Tropezó contra unas rocas cayendo al vacío y aquellos hombres que le seguían de cerca se encargaban del resto. La pared fue recuperada mientras se quitaba el yelmo y lo lanzaba contra los que aún se atrevian a asaltar subiendo por la escalera. Con su espada rompió el seguro y la destrozó.
Mientras se disponía a regresar a su puesto frente a las puertas el capitán le llamó a ver. Una enorme cabeza con forma de Dragón llameaba fuego y sostenido por soldados iba en contra de la puerta principal - Jé - exclamó
¡Sostengan esa puerta!, arqueros a la muralla, guardias de la torre dejen caer la Brea y quemenlos. Soldados de la Capitania, conmigo
Toda la noche, batallón contra batallón, las murallas resistieron. Las estrellas fueron testigos de los gritos de los cansinos soldados - ¡siempre firmes, siempre vencedores!
Aquella noche, el castillo rojo de Tereldar habia resisitido y sus hombres dado todo de si esperando al alba, tras de ellos, a las magnificas tropas del Reino de luz que venian en su ayuda...
(Continuará...)
1 comentario:
Un buen escrito. Como siempre, leerte es un placer, tienes el don de encantar... de desatar tu mente y afortunadamente compartirlo con quienes te admiramos.
Sigue escribiendo mas y deleitandonos =).
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