Era un día como cualquier otro. Día ocupado, trabajo, sonrisas, la mala comida del almuerzo, ensoñación...Hasta las carreras para tomar un bus que me llevara hasta la universidad, el profesor (Dios de las habilidades humanas), lo que entendí y no entendí durante la clase, el escapar raudamente hasta el casino cuando dieron las 20.20 y pedir mi querido chocolate caliente y tomar el asensor para ir hasta la entrada principal.
Todo, igual que siempre, como se desea y se anhela sea, todo, hasta el momento en que la puerta se abrió de par en par cuando el asensor llegó al primer piso.
Ahi estaba, aquello que sin duda habia olvidado. Su rostro, su voz que entro por mis oidos y su imagen por los ojos impactando al cerebro y trayendo a mi memoria quién era ese hombre, que era, que significaba y como es que tantas veces en aquellos dias dificiles trataba de recordar cada detalle importante para reconocer a los que se atrevieron a desafiarnos.
Él se silenció, yo también; el mundo desapareció mientras yo terminaba de saber a quien estaba viendo despues de 5 años y él con una impresión en la faz de haber visto a quien no debía o a quién se suponia ya no debia existir. Todo un mundo se conjugó entre el pequeño espacio creado por nuestro fugaz encuentro y mientras mis pies por inercia proseguian por su camino la voz de él volvia a comunicarse con quienes le acompañaban pero aún la mirada fija en mi.
Llevé mi mano al pecho. Aquel día olvidé llevar mi piedra roja.
"No importa cuanto te esfuerces en vivir, comer, dormir y amar entre ellos. Jamás serás parte y el camino trazado bajo los pies te lleva inevitablemente a la respuesta que dia con día tratamos de evitar, la sulfurante verdad que nos acongoja sobre lo que fuimos, somos y seremos, la utopia elegida buscando la mezquina felicidad. La implacable verdad como enemigo que nos muestra que más temprano que tarde nuestro destino aparece para abofetearnos y hacernos despertar"
2 comentarios:
¿Inicio de que?
A estas alturas de nuestras vidas (varias vidas) ya no hay inicios, solo finales, cierres de ciclos, develo de verdades... libertad al fin...
No pretenda iniciar cosas nuevas ni camuflarse en una apacible vida "normal". Disfrute mientras dure, pero no olvide quien es usted en realidad.
Saludos desde el borde del acantilado nuboso.
Lo de inicio es solo un titulo, tranquilo.
Y no pretendo nada, si lee bien al final del escrito, dejo claro que es imposible.
Saludos, y nos vemos en aquel acantilado.
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