
Hace unos instantes salí de mi casa en dirección a un restaurant. Inmediatamente, el poner el pie fuera de las misma una avalancha de aromas y sensaciones llego hasta mi.
La noche, din duda, tiene un caracter exótico y penetrante en mi persona. No se si es la hora, la tibieza o frialdad del momento, el hecho de que todos se refugian y yo quiero salir o el simple deseo de caminar y caminar sin detenerme que me ha acompañado desde que tengo uso de razón. No se si es todo aquello o nada, pero la sensación de placer que se desata en mi es única y más, cuando de entre los edificios aparece como dibujada con pincel la luna menguante, tan perfecta, tan iluminada como si de un pedazo del sol se tratase.
Vienen a mi recuerdos, de años atrás, en lo mucho que disfrutaba caminar o respirar el aire de la noche. En que aún no cumplo mi deseo de ver las luces de la ciudad desde el edificio más alto al que pueda acceder o simplemente quedarme en alguna plaza a sentir al suave brisa entre los árboles a la vez que toca mi rostro y me hace suspirar.
Admiro al sol, sí, a las mañanas con sus oportunidades pero sin duda mi amor esta con esa oscura dama que trae a mi mente recuerdos inconclusos o deseos perturbadores, a pasos que no llevan a ningun sitio conocido pero a la vez a la búsqueda infructuosa de lo que somos, o el destino como comúnmente le llaman. Sí, una copa de vino...la suave melodía de la voz de quién amas, la mirada y la noche donde los cuerpos se unen... todo eso, o el simple helado de chocolate que saboreas agarrada del brazo de ese que te ha robado el corazón, toparse con una escena de alguna grabación, o no encontrarse con absolutamente nada y nadie, solo con el uno mismo.
¿Dónde me quedé?. Cuando me pregunto esto viene a mi mente aquella caminata bajo la lluvia, la ropa ceñida al cuerpo por el agua y extrañándole tanto tanto como para dar poco juicio al orgullo y llorar en aquella oportunidad para que otros me vieran. Claro, ¿cuantos seres en este mundo podrían diferenciar una lágrima de una gota de lluvia?
O aquella vez, sí, esa que marcó nuestras vidas, la simple oportunidad y por ello no olvidada, de las risas junto a los amigos en la orilla del teatro Municipal, esas, las bancas color verde que tenian en frente un edificio antiguo y piedras en el suelo en vez del poco agradable cemento.
Cuando regreso a la puerta de mi hogar, me doy cuenta de las tantas cosas que he dejado atrás después de elegir y eso me hace pensar que hay que tener un poco de cuidado con los cambios, a veces sin darnos cuenta, uno dicta al río de de los olvidos se lleve lo malo pero con la fuerza de la determinación llevarse también lo bueno de ciertas contumbres que son extintas y únicas para un ser humano e indispensables para nosotros.
1 comentario:
Gracias por escrivir.
Linda su nueva ropa, le quedo lindo el blog.
¿saves cual vieja costumbre extraño de mi?
La de escrivir. ¿por que no he podido volver a escrivir?
Da igual, las respuestas son solo excusas que queremos oir para justificar nuestras propias ideas. Siempre savemos la respuesta, pero aveces es tan vergonzosa, oscura o ridicula, que necesitamos oir una mentira de otro para sentirnos en paz con nuestra putrefacta consciencia.
Gracias por escrivir, eres la mejor con un puñado de letras y unas ideas extrañas punzando en tu cabeza.
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