miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mortales.

Me he convertido en una fiera y quisiera contártelo. Aquí, asomándome por encima del mundo puedo verlo todo.
Si estuvieras aquí conmigo las cosas serían distintas, no quería el cielo con mi llanto, no me lamentaría como tantos…
Pero él pensó en algo distinto para mí que no era el cielo y en aquel momento cuando te dejé, creía que todo acabaría.
No acaba mi amor, solo comienza; y deberías sentirte feliz de ser un simple mortal, las alas pesan, las eternidades y las guerras. Oh, si, el cielo las tiene y son dantescas.
Te decepcionarías, lo se. Siempre creíste en las estrellas como en un sin fin de universos complejos, un mundo eterno e interminable por descubrir…
Pero simplemente es un espacio pequeño el cual se puede recorrer con el pensamiento y a veces lo que ves… verte a ti y no poder acercarme.
A veces estoy a tu lado y no me ves, a veces te veo recordarme y no puedo decirte que mil eternidades no bastarían solo por un minuto a tu lado, que nada importa y que lo más hermoso es la simpleza de la existencia ignorante.
Y ya no me amarías si me vieras como una fiera ¿o sí? Es extraño hablarte sin ser oída aunque se no me olvidas y vivo en tus pensamientos.

El viento cruza en medio de mis alas, se mezcla con ellas y pareciera elevarme hasta el fin. Por eso lo odio, porque no quiero ser inalcanzable ¿recuerdas eso? Recuerdas que quise siempre ser más terrenal, más simple, más como todos.
Miro el mundo desde este sitio, que es el sitio predilecto de los que no podemos olvidar que fuimos parte de aquello que extrañamos. Los que no podemos seguir existiendo así a pesar de que a esto yo no lo llamaría existir, sino penar.
El cielo se abre y el sol se cuela por entre colores grisáceos, nos llaman, hemos de ir…

Fue grato hablar contigo, mi amor, aunque no me oyeras.

(Extraído del texto propio "Mortales")

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miauuu...