Mi amor.
Mi amor fue creciendo como un niño, mi amor era el más leal de todos y cuando nació, me hallo desnuda bajo el firmamento.
Este amor que conozco y a veces me parece inmenso, se abalanza sobre mi como una ráfaga de viento, como las hojas bruscas del invierno y las gotas de agua dulce que caen por el rostro descubierto.Este que es mi amor, se desliza entre mis dedos como la suave seda, como plumas de un ave en vuelo, tan suave como la delicada piel tibia, tímida y llena de sentimiento.
Mi amor a veces enloquece y se retuerce en distancias que parecen insignificantes, que nadie comprende, mucho menos el entendimiento, pero que le hace tosco, malhumorado, frío y en retroceso. Se carcome en ideas, se esconde en refugios de malos cuentos, en pensamiento que yo jamás quisiera se volvieran colores posibles y me llenen de desconsuelo.
Porque este amor, has de saber, que es muy mío porque yo lo crié desde pequeño, tenía timidez en las venas, inseguridad en los pies y un poderoso brillo en los ojos con los cuales observo, este amor que no podría haber sido tan mío sin el tuyo sembrando rayos de sol en aquel frío día de invierno. Porque cálidas fueron las palabras, rauda la emoción e increíble la contención para no haberme llevado contigo en aquel momento.
Arrebato, así te llamó este amor mío, valentía te nombró cuando la fuerza de tus pies le llevaban por el sendero, constancia te enseñó en aquellos oscuros tiempos y promesa te juró un día, sí, aquel día en que este mi amor salió pecho y se anidó en tu dedo.
Mi amor, que era propio, creció tanto un día que al fin decidió. Se levantó de mi alma dejando en mi su eterna aura y presencia para refugiarse en ti dónde hoy se es tan grande que no cabe en tu pecho.
Ese es nuestro amor.

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