martes, 29 de abril de 2014

Rompiéndose (12/01/2010)

... y Ahí estaba él, diciendo aquello de querer irse. Y ahí estaba yo, girada en sentido contrario hundiéndome, sintiendo en la piel el corte que se iba realizando a cada letra vertida de su boca.
Pensé que moriría pues sentí el dolor ahogándome en principio pero luego quitandome el respiro. No comprendia nada, o sí, pero ¿como defenderse de algo que no se puede explicar?
Me aferré al amor que sentía, dejé de lado mis garras y le observé de frente. Busqué su boca y tomé de su mano y de pronto sentí el horror de la ausencia.
Había entre nosotros un aire frio que me caló el hueso y el alma, una distancia que me empequeñecia y destruía. ¿Así se siente cuando se rompe? dolor, pena, miedo... "Me lo merezco" - pensé.
Que ganas de que el amor fuera una piedra preciosa que pudiese arrancarse del pecho y mostrarse, que deseo más frenético es el implorar que se vea a los ojos para saber que es cierto...
Pero ese vacío seguía ahí hasta que las lagrimas asaltarón el cuerpo, el de él y el mío. ¿Quien pensaría que oír aquello me mataría? Jamás quise herir, jamás quise ver llorar a quien amaba pero es que soy quien soy y no hay nada que pueda cambiar aquello.
Estar muerto por unos segundos, visitar el infierno sin cuerpo, dejarse arrastrar sin miedo nada, llorar...
Dos horas y ... ¿realmente reviví? no me siento viva, algo me falta en el pecho y no puedo simplemente sonreir. ¿Dónde está mi corazón? (ah, yo lo se...está escondido en el fondo lamiéndose las heridas)
A veces decir te amo no es suficiente... a veces decir te amo no alcanza... a veces ...simplemente a veces no me crees nada...

No hay comentarios: