Parecían reales.
No sabía si dormia o estaba despierta, lo cierto era que el dolor me atormentaba. No podía respirar y en la oscuridad buscaba la única fuente de agua al alcance de mi mano, habían momentos en que me parecia que caminaba largas rutas en busca de algo que quitara esa sensación de ahogo que sufria hace ya bastantes horas las cuales suponía habían pasado.
Pero no era lo peor que me aguardaba, veía a personas y situaciones, no sabía si soñaba o realmente estaban ahí y me asustaba, sentía a mi corazón latir rápido y cuando llevaba mi mano al pecho notaba la acumulación de gotas de sudor sumado a la respiración rápida y honda que terminaba dejandome media sentada volviendo a buscar desesperadamente la tan querida y salvadora agua. Sin embargo esta vez no había salvación y me aferré a las sábanas que me cubrian poniendo mi cuerpo hacia un costado entregando mi voluntad al caos que había en todo lo que me rodeaba, pero sucedió algo inesperado, unos brazos me rodearon con fuerza y sentí el apoyo de una cuerpo muy cerca del mío pegando su rostro a mi espalda. Yo sabía de quién eran esos brazos, conocía su tacto y silenciosa forma de decir "aquí estoy" sin necesidad de mediar palabra alguna y perdida en mis dolores solo me entregué absolutamente a su cuidado respondiendo con voz débil "estoy feliz de que estés aquí, es tan poquito el tiempo y me ayuda tanto".
Minutos después, una luz me cegaba. Era mi madre que me pedía me levantara de la cama llevandome al frio primer piso de la casa; tenía 39.5 de fiebre.
2 comentarios:
Estimada Dama, la proxima vez que este acalorada y con palpitaciones aviseme para poder poner ayudarle a remediar dichas complicaciones... :P
Saludos.
Mi muy estimado:
Claro que lo haré, pero, lástima...
Solo será en alguno de sus sueños más intensos...
Saludos.
Publicar un comentario