
¿Hace cuanto tiempo que te has ido?, ya no sé y me pregunto cuanto tiempo más he de estar aquí. Extraño tus ojos, la forma en que repentinamente me miraban y no podían alejarse de mí. Era hermoso verte, aunque fueran unas horas pues el tiempo en ese instante no existía y ahora que lo pienso, el que jamás dijeras “te amo” daba igual, pues con cada caricia y mirada, cada momento eran mil te amo. Extraño tu cuerpo junto al mío, el refugio de tus brazos después de hacer el amor y vivir para volver a sentirte en mí, todos los días desde que te encontré para estar completa y no sola en este mundo.
En caricias transformabas el amor, en eternidades y milagros…
Hay días en que me es intolerable tu ausencia, como hoy. Y lo que me queda vivo en el corazón te recuerda tan intensamente y al hacerlo ocurre el milagro de la sonrisa, de la entrega absoluta del alma y aquello que estaba muerto en mi regresa a la vida, para en un minuto después caer y volver a morir. Pues eso eres siempre, lo más hermoso en mi vida.
Ahora te podría decir que no me importa que eras o hiciste, que mi sentir no fue equívoco y que por largos años de orgullo no pude decirte lo que sentía, que me dolía tu indiferencia y que testigo es aquel bosque por el que tantas veces caminamos de mi llanto y soledad.
No quisiera que me vieras ahora, me duele tanto amor mío y ni siquiera puedo morir para ir contigo pues me conoces y sabes no me rendiré, aunque necesite mil años más para llorar por tu partida.
Me duele nuestro pasado, siento en carne viva nuestro presente ¿por qué tenías que morir? ¿Por qué no supiste comprenderme?... ¿Acaso mi amor no lo querías? Como es posible que no fueras por mi, tenía miedo... estaba sola bajo la lluvia como una gata herida que no hacia mas que protegerse...
¡ Si supieras cuanto te extraño, cuanto necesito perderme en tus ojos otra vez !, pero no lo sabes, no lo ves, no lo sientes, no lo percibes…
No creas que me gusta sufrir, tu siempre decías que merezco todo y más por ser feliz y yo te digo - ¿quién manda en el alma, quién domina al corazón? – era mi elección y tu eras mi pensamiento feliz, lo sigues siendo….
Hoy quisiera salir de este lugar y mirar mi imagen bella y radiante – porque así soy cuando en ti pienso – y correr para ver tu imagen en la oscuridad de nuestra ciudad, tu pasear nervioso y me llegada que acompañas con una sonrisa…y mirarnos como lo haciamos siempre, y tocar tu mano…sentir tu presencia, hablar de todo y nada a la vez, besarte una sola vez para vivir cien días más
Pero en realidad lo que queda para hoy en una caminata en solitario después de haber visto tu sepulcro y arrastrar las cadenas de mi tristeza.
En caricias transformabas el amor, en eternidades y milagros…
Hay días en que me es intolerable tu ausencia, como hoy. Y lo que me queda vivo en el corazón te recuerda tan intensamente y al hacerlo ocurre el milagro de la sonrisa, de la entrega absoluta del alma y aquello que estaba muerto en mi regresa a la vida, para en un minuto después caer y volver a morir. Pues eso eres siempre, lo más hermoso en mi vida.
Ahora te podría decir que no me importa que eras o hiciste, que mi sentir no fue equívoco y que por largos años de orgullo no pude decirte lo que sentía, que me dolía tu indiferencia y que testigo es aquel bosque por el que tantas veces caminamos de mi llanto y soledad.
No quisiera que me vieras ahora, me duele tanto amor mío y ni siquiera puedo morir para ir contigo pues me conoces y sabes no me rendiré, aunque necesite mil años más para llorar por tu partida.
Me duele nuestro pasado, siento en carne viva nuestro presente ¿por qué tenías que morir? ¿Por qué no supiste comprenderme?... ¿Acaso mi amor no lo querías? Como es posible que no fueras por mi, tenía miedo... estaba sola bajo la lluvia como una gata herida que no hacia mas que protegerse...
¡ Si supieras cuanto te extraño, cuanto necesito perderme en tus ojos otra vez !, pero no lo sabes, no lo ves, no lo sientes, no lo percibes…
No creas que me gusta sufrir, tu siempre decías que merezco todo y más por ser feliz y yo te digo - ¿quién manda en el alma, quién domina al corazón? – era mi elección y tu eras mi pensamiento feliz, lo sigues siendo….
Hoy quisiera salir de este lugar y mirar mi imagen bella y radiante – porque así soy cuando en ti pienso – y correr para ver tu imagen en la oscuridad de nuestra ciudad, tu pasear nervioso y me llegada que acompañas con una sonrisa…y mirarnos como lo haciamos siempre, y tocar tu mano…sentir tu presencia, hablar de todo y nada a la vez, besarte una sola vez para vivir cien días más
Pero en realidad lo que queda para hoy en una caminata en solitario después de haber visto tu sepulcro y arrastrar las cadenas de mi tristeza.
K de T.
2 comentarios:
¡Vaya! que duro es eso!
No me queda más que decir que lo más bello en el amor (aparte de los hechos), son los recuerdos, que nos acercan a esa esencia que el ser amado ha dejado en nosotros... en las almas...
Las cadenas de tristeza que tienes, pueden ser símbolo de que ese amor ni la muerte ni la desgracia puede separar... al menos por dentro... los seres usan máscaras vivas...
Las máscaras las usan todos casi todo el tiempo. No se si el destino vuelva a reunirnos otra vez, en otra vida...
Quizás ha dejado de importarme o simplemente no quiero saberlo.
Gracias por su comentario, caballero.
Publicar un comentario