Había estado demasiado triste, demasiado. Tanto, que mis pensamientos se habian perdido en algun sitio de mi cerebro buscando las escusas exactas para decir que era lo mejor, que no podía ser de otra forma y que, para bien o para mal, ese era mi destino.
Tan perdida estaba, que a mi alrevedor no habia ni aire que respirar ni los movimientos eran percibidos por mis sentidos. Solo podia hablar a mis entrañas mientras mecánicamente realizaba labores de limpieza a mis amados libros.
No lo noté, su presencia frágil y transparente en medio del conocimientos y la frialdad de los pensamientos, en el acto mecanico de mi actual existencia. Sin embargo ahí estaba y sin quererlo lo dejé caer al vacío.
Sin poder reaccionar solo observé el lento caer de un vaso de cristal, el tiempo parecía haberse detenido en esos minutos solo para dedicar mi absoluta atención a presenciar lo que sucedía. Entonces tocó el suelo y pensé se rompería, pero no fue así, se elevo unos centímetros por el efecto de la fuerte caída, volvió a golpearse contra la fria madera por segunda vez sin quebrarse repitiendo el mismo efecto de levantarse para volver a caer y al fin romperse en mi pedazos cortando ese minuto preciso dejando que el tiempo avanzara.
Me arrodillé y miré con tristeza aquel cristal, roto y en mil pedazos que volaron hasta lugares muy reconditos de la casa. Tomé cada pedazo y fui dejandolo sobre la palma de mi mano.
Los pensamientos que mi cerebro buscaba para encontrar excusas se concentraban ahora en observar cada pequeño cristal, pensar, que no habia notado la presencia de algo tan bello hasta que lo hallé roto e irrecuperable. Tan frágil, tan valiente y fuerte como para resistir dos golpes de su inmerecido destino, pero inevitable, un cristal tan transparente y hermoso pero jamas apreciado.
Cuando terminé de tomar cada pedazo de cristal uno de ellos cortó ligeramente la palma de mi mano. De esa herida solo salió una gota de sangre, una.
Despues de eso, no pude evitar comparar a mi corazón con aquel cristal y saber que a pesar de lo hermoso, fuerte y valiente que es ante su destino, inevitablemente acabará roto y muerto.
Pero eso ya lo sabia, el cristal había detenido el tiempo para mostrarme el pasado, justo cuando yo no pensaba y solo sentia en mi decidido corazón.
K de T.
1 comentario:
Igual alcance a leerlo....
Miauuuu.....
Publicar un comentario