
Hay cosas que simplemente no puedes evitar.
Cosas, como el sentir. Pero a veces ese sentir se ve enfrentado a la voluntad y el miedo.
La voluntad de continuar y seguir, de cumplir con el cometido de tu existencia y más aún, de conservar firmes tus ideales destrozando a la volubilidad. El miedo hacia lo único que sabes te dañaría profundamente.
La batalla es terríble, las heridas y el dolor estan a la orden del día..."pero, no todo es tan difícil. Estan también esos momentos, esos pequeños momentos en los cuales te dejas ver tal cual eres y lo que sientes se transmite a traves de tu piel, el movimiento de tus manos, la mirada fija conteniendo el océano de sentimientos y la lluvia que cae por dentro. Esos momentos en los cuales la luz de tu sonrisa puede dejar ciego al más hábil guerrero, y entonces, caer vencida es una satisfacción única e incomparable a cualquier cosa que se halla descrito como bella pues no hay nada más hermoso que el amor profeso a través del silencio, del sutil roce entregando el corazón en la palabra musitada. Sí, es más fácil ser directo al sentir pero prefiero el universo de acciones que me provoca la necesidad de expresar con profundidad mi emoción más hermosa dedicada solo a sus ojos y su eterna mirada"...
Entonces, solo entonces vale la pena seguir luchando por el solo hecho de poder vivir aquellos momentos sin perder la esperanza de que un día sean recibidos con agrado y sean devueltos de la misma forma, porque sí, es muy poco lo que pido y mucho lo que anhelo.
K. de T.
2 comentarios:
Mi querida, ya me parece ver que ves un rayito de luz que viene a por ti.
Noto mucho optimismo en este texto y espero que no sea pasajero.
Es bello pensar en eso... a veces los recuerdos y las ilusiones son mejores que mil verdades... además... ¿que acaso la esperanza no es lo mismo que la fe?
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