
Observo desde el sexto piso del edificio donde trabajo, veo a las personas, el lugar...abro la ventana para sentir el aire y no puedo evitar sentirme extraña, ajena a todo esto.
Hay días, como el de hoy, en que no consigo oír ni sentir a los que comparten conmigo, no los entiendo ni me apetece escuchar las acostumbradas banalidades a las que dedican cada uno de sus momentos.
Cosas de vivos, como díce cierto muerto muy cercano a mi...
Es entonces, en estos preciados momentos en los que extraño a los de mi especie. Pero la mayoría o parte de ellos se han perdido en alguna historia romántica o simplemente se entretienen frente a un televisor. Olvidan lo que son, "viven" y se contaminan...
Me alejo de la ventana y regreso a mi sillón a escuchar un cd con música de piano, puedo entonces volver a mis pensamientos y cosas importantes, volver a acercarme al teclado y dejar escrito cada una de las cosas que necesito hacer, más sin embargo, no puedo alejar de mi la añoranza de los míos, de mi gente; podría llamar, pero será mejor que los deje un momento descansar con ese mundo extraño al cual ellos han elegido como hogar. Tampoco puedo evitar desear volver a mirar la ventana y al acercarme ver mi tierra...
Yo me quedaré como siempre, entre mis planes, papeles y el divertido infierno... al cuál iré pronto a visitar.
"...Me siento tan ajena a lo que me hace respirar..."
K de T
1 comentario:
ya lo dije en el messenger, pero lo hago público:
comparto ese sentir que expresaste...
Publicar un comentario