miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mortales.

Me he convertido en una fiera y quisiera contártelo. Aquí, asomándome por encima del mundo puedo verlo todo.
Si estuvieras aquí conmigo las cosas serían distintas, no quería el cielo con mi llanto, no me lamentaría como tantos…
Pero él pensó en algo distinto para mí que no era el cielo y en aquel momento cuando te dejé, creía que todo acabaría.
No acaba mi amor, solo comienza; y deberías sentirte feliz de ser un simple mortal, las alas pesan, las eternidades y las guerras. Oh, si, el cielo las tiene y son dantescas.
Te decepcionarías, lo se. Siempre creíste en las estrellas como en un sin fin de universos complejos, un mundo eterno e interminable por descubrir…
Pero simplemente es un espacio pequeño el cual se puede recorrer con el pensamiento y a veces lo que ves… verte a ti y no poder acercarme.
A veces estoy a tu lado y no me ves, a veces te veo recordarme y no puedo decirte que mil eternidades no bastarían solo por un minuto a tu lado, que nada importa y que lo más hermoso es la simpleza de la existencia ignorante.
Y ya no me amarías si me vieras como una fiera ¿o sí? Es extraño hablarte sin ser oída aunque se no me olvidas y vivo en tus pensamientos.

El viento cruza en medio de mis alas, se mezcla con ellas y pareciera elevarme hasta el fin. Por eso lo odio, porque no quiero ser inalcanzable ¿recuerdas eso? Recuerdas que quise siempre ser más terrenal, más simple, más como todos.
Miro el mundo desde este sitio, que es el sitio predilecto de los que no podemos olvidar que fuimos parte de aquello que extrañamos. Los que no podemos seguir existiendo así a pesar de que a esto yo no lo llamaría existir, sino penar.
El cielo se abre y el sol se cuela por entre colores grisáceos, nos llaman, hemos de ir…

Fue grato hablar contigo, mi amor, aunque no me oyeras.

(Extraído del texto propio "Mortales")

martes, 23 de noviembre de 2010

Diciembre.

¿Recuerdas diciembre?
Nuestro amor florecía,
rosa, clavel, amapola, sí,
era el universo conjugándose
Cual flor de color estampada.
*
¿Sientes como llega?
Es diciembre con su aroma dulce,
su antojo de caminar sobre hojas nuevas.
Tu mirada, tan implacablemente serena,
sembradora de palabras de amor en mi garganta.
*
¿Es antojo eso que demuestras?
Como en diciembre, sosteniendo mi mano,
rogándome te abrazará como una enredadera,
que me quedara, que no volara.
Sí mi amor, si, me perdí en tu constancia.
*
¿Amas como yo los días que pasan?
Luz, antojada luz,
Verde musgo, agua calma,
melodías de mi corazón danzando acompañadas.
Es diciembre mi amor ¿recuerdas?
*
Así comenzó la primavera, aquí, en mi alma.







lunes, 22 de noviembre de 2010

Un beso.

Anhelo tu boca cerca
cuál pensamiento.
Su roce, su entrega,
partícipe de húmedas batallas
en montes de suave piel y hueso.
¡Ay, como quiero ese dulce éxtasis
del ave tomando suyo el firmamento!
Rocío, todo es cual rocío.
colores, es más que un rojo incandescente.
Imploro tu boca con el latir del pecho,
con el aire arrancado, con la brisa azotando
el sentir y el lamento.
Anhelo tu boca amor mío, la anhelo,
con la sangre que me arde por dentro.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Tengo.

*
Presiento con desencanto,
el quiebre del cristal nublado,
que tus pasos por la habitación contigua,
han vilmente asesinado.
*
Pretendo sentir que no siento
y saber que no he oído,
cuando de tu boca, agónica boca,
han nacido avispas y fúnebres cortejos.
*
Necesito, con mi actual descontento,
mutilar y secar aguas de adentro,
que no hacen otra cosa, no, que
gritar sandeces desde mis interiores.
*
Y tengo qué, por mandato propio,
abdicar emociones y mirarte a los ojos,
¡debo, si! por impulsivo sentimiento
salvarte de calvarios y cuestiones.
*
Presiento que tengo pretensiones y sentimientos,
de tu boca callada y de tus ojos de antaño,
de que renazcas, cual fénix de fuego y
de que me veas, sobre la colina y atada al viento.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Querencia.

Quiero como se quiere
siempre, intenso y distante.
Se quiere como te quiero,
incondicionalmente.

Quiero que mis querencias
dejen huella en tu camino,
quiero que tú quieras
querer no pase el tiempo.

Querer o no querer no tiene sentido,
se quiere profundamente,
Siempre, siempre,
Como la raíz que tiene un nombre.

Yo quiero tú quieras,
quererme como yo te quiero.
Que querer en nuestra vida es motivo
de querer queriendo vivir unidos.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Inocencia.

Increíble haberla perdido
como se pierde con los años
la primavera.
Incontenible sentirla en olvido,
al igual que se siente el peso
de la conciencia.
Patético monstruo del cinísmo!
nos la quitas cuando en la sociedad
nos sentimos retorcidos.
Exquisítamente sentido,
cuando en el ardor de cuerpos
nos comprometimos.
Asfixiante es saber que por
nacer sabiendo,
es fácil de olvidar
lo que nunca debió ser un recuerdo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Aprenderé


Aprenderé a abrir tu pecho,
cuando aquello que te aleja
nos imponga silencios.
Lo romperé con el deseo
que no contengo y podrás
como agua en arena sentirme dentro.
Me impondré con furia de amor en crecimiento
porque es solo piel mi cielo.
Ahí brilla el sol, arde el fuego y celeste es el firmamento.
Tu noche de estrellas,
yo amante luna de tus destellos eternos.
Aprenderé a abrir tu pecho,
como la llave que has moldeado con tus afectos

lunes, 8 de noviembre de 2010

Somos.



Estamos,
juntos, mezclados
locos y olvidados.
Somos un siempre
un todo y un presente,
la dicha, la locura
la rabia y el conciente.
El amor, el corazón
envueltos, revueltos,
un mundo, varios.
Perfectos, amantes
desconocidos y sabidos,
tú, yo, uno o dos,
sabes, somos.
Juramento, verdadero
tuyo y mio,
unión, contradicción,
destino o suerte,
debía o simplemente es.
Uno, simplemete uno,
eso simple y sin revés.

Por qué


Si preguntas por qué suspiro
en medio del cuerpo tuyo entrelazado,
respondería que no hay más dulce agonía
que el ahogo que provoca la humedad de tus labios.

Si preguntas por qué suspiro
tras haber sido tierra y tú respiro,
diría que la humedad única del encuentro
crea tormenta de delirios.

Si preguntas por qué suspiro
cuando miro a tus ojos, oh, locura,
no puedo explicar esa pérdida
que implica entregar el cuerpo entero.

Si me preguntas por qué suspiro
amante, rocío, extásis de sentimiento,
solo puedo decir, si, que es la intensa voz
del corazón hablando sobre cuánto te siento.

domingo, 31 de octubre de 2010

Espina

Una flor de de roja espina como yo
que marchita un día, de pálido color
abrazo el afecto canela de su amor.

Así soy yo, que clavo en el corazón
y de rojo afecto así me vistió
desangro a aquel que pálido se volvió.

Asesina me llamarían algunos
¡bestia, despiada, marchita tu flor!
anhelo tu presencia, muero en dolor.

Ojalá él me viera, yo canto en silencio
melodías de perdón,
¿no me ves? oh, yo se que no me ves... ciego es el amor.

Nadie lo entiende, soy flor
pero de mi nace el dolor
espinas, espinas, coronas de espinas...

Dulce flor tú de Canela,
magnífico artista dador de color
¿Sacrificio? no, ¡no!

Tras de un manto de carmesí escultura
¡bestia infernal que provoca amor!
No, tú sacrificio no. Si, si el amor.

Para amar, caen los pétalos
mueren las espinas
el viento me llevará a tu esplendor.





lunes, 13 de septiembre de 2010

De espaldas a aquel mundo (V)


...Las buenas historias jamás culminan.




Siempre que leí una buena historia ésta jamás decía "fin" y eso es porque cuando redactas el final para una historia no se da más espacio para la imaginación o el pensar como nos hubiera gustado fuera y que tal algo inesperado pasara. Eso es lo que siempre he creído al igual de que nada es coincidencia y que el destino, tan y cual lo conocemos, no es otra cosa que eventos fortuitos, designios divinos, voluntad propia y una importante cuota de magia.




Mi propio final no existe, de hecho, lo escribo con cada minuto que respiro, pero esta historia que nos reúne debe tener un eclipse, uno maravilloso e impresionante, que ahogue el alma y la sumerja en emociones, que cree reacciones fantásticas como la sonrisa y profundas como las lágrimas.




... A lo largo del camino hallamos un pueblo, sí, un pueblo de hombres. Tenían mercado, una pequeña plaza donde se reunían los niños a perseguir sapos que habían encontrando el hogar en la pileta del ayuntamiento, mujeres que se reunían a comentar de todo y sobre todo, campos extensos de sembradío, un par de tabernas, chicos enamorados que perseguían jóvenes mozas, casas una junto a la otra, caminos de piedra que se perdían entre muros, una iglesia y un perro viejo, ese, estaba en la entrada del pueblo y levantaba las orejas cada vez que veía llegar a alguien nuevo, pero la edad no le permitía levantarse así que solo emitía un gruñido poco amenazador y luego volvía a dormir.



Hallamos una casa que un alguien había dejado, al extremo opuesto del pueblo y cerca del sendero que se perdía entre colinas verdes y frondosos bosques. Conocí su iglesia aquella tarde de Agosto, pequeña, de madera y bastante acogedora. Solo hasta el momento en que aquel hombre entrelazó el lazo rojo entre sus manos y las mías comprendí como había de continuar mi historia.




El trabaja la tierra y yo le observó, con los pocos años, hemos conseguido una pequeña biblioteca y llamar hogar a aquella casa abandonada, también un gato y un par de caballos.




Desde mi jardín de rosas por donde camino cada día puedo sentir aromas dulces y brisa fresca, ver crecer lo que sembrado y verle a él. Por las noches, sus brazos me cobijan y en muchas oportunidades he sentido que todo cuanto vivo es un sueño, que un día cerraré los ojos y volveré a mi torre. Pero algo ha cambiado en mi, sí, porque si aquello ocurriera lo aceptaría tranquila, porque es mi responsabilidad o es por lo que nací. También se que cuando eso suceda agradeceré esta pausa en mi convulso destino y me regocijaré de haber vivido, volveré con más fuerzas que nunca, segura, implacable e indomable como las fieras en su territorio.




Pero por ahora, ahora mismo y mientras escribo, me mantengo en ese campo de rosas recordando al viajero que encontré en el camino al cuál le di una oportunidad y que ahora, frente a mi, siembra la tierra con el único propósito de... vivir.


jueves, 9 de septiembre de 2010

De espaldas a aquel mundo (IV)


...Por todo lo bueno que existe en el mundo, lo juro, no fue mi intención. Batallaba en tristezas, aquella noche fue sombría y escapaba en medio del bosque para que no me hallaran. Pero las sombras eran muchas, todas ellas retazos de un pasado que odiaba y temía. Sin alternativa más que la que conocía como vieja fiera, desenvainé la espada; craso y dramático error...


Ellas me rodeaban, ellas me herían, ellas me hacían olvidar y enloquecer. El dolor me consumía y a cada recuerdo el dolor era insoportable, entonces, una de ellas, pareció querer apretarme y quitarme el aire. Soy uno de esos felinos que van solos por la sierra, solos, que tienen garras y no recuerdan las compañías, mucho menos cuando sufren bajo la luz de la luna.


Se hundió profundo en su carne y el llanto causado por el dolor recorrió cada rincón de la tierra vista, las sombras huyeron despavoridas como si aquel insoportable gemido naciera del más puro ser que se conocía por doquier. Yo... yo temblaba y balbuceaba cosas incomprensibles, descontrolada y aterrada como jamás nunca le observaba, doblado, herido, se desangraba ante mí como una víctima más de mis fantasmas. Quería acercarme, sí, pero me falló el valor ¡había que quitar la espada! yo le amo con todas las fuerzas de mi alma, pensé. El valor no es otra cosa que el miedo volviendose loco....


La arranqué y su sangre cayó sobre mi como una mancha de culpa, seguía temblando y toqué su rostro pero la piel era fría, me miró, que herida más profunda me había causado tan solo con esa pequeña acción. Lamí sus heridas con devoción pero él ya no estaba y ¿cómo? le había herido sin razón la que él amaba y yo ¿que era entonces en ese momento? la pregunta era innecesaria, yo lo sabía, la vil victimaria.


Y pasaron días y noches, su básica defensa me arañaba cada vez que intentaba curar sus heridas pero aquello no me importaba, no me sentía viva y lo que reaccionaba de manera mecánica era mi ánimo de salvarle, yo, yo no le servía ni al mundo.

Caminamos, mucho, pero el camino era seco, bajo el sol. Yo no sé porque aún viajaba a mi lado o quizás era que yo no me resignaba a dejarle y él no tenía las fuerza para echarme, pero que peor dolor, cuán poderosa angustia era su silencio. Yo le amaba ...le amaba, pero era una fiera y las fieras a veces hieren al que aman...


Aquella tarde me dejé caer en el sendero en medio de la hierba verde, observé el cielo azul claro y sentí la brisa en mi rostro, ¿por qué no moría ya, por qué no me convertia en una sombra más como las que me asechaban, por qué?. Las lágrimas sembraron en la tierra flores desconocidas, de color rojo, con un tallo que te hiere sin intentas arrancarlas, multiples, un campo extenso a la vista, eterno, como la pena que me embargaba...


Y él, tan bueno, tan él... se recostó a mi lado y dijo que sus heridas habían sanado. Me mostró su mano herida por la flor que se había atrevido a cortar diciendo que no había visto jamás en su vida una demostración de amor semejante. Me abrazó, me contraje y cerré pétalos como ante la brisa amenazante, me susurró al oído amor. Viví otra vez.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

De espaldas a aquel mundo (III)


... Lo admito, me olvidé. Hice aquello que algunos no reconocen y yo lo digo de frente, mirando a los ojos sin temor al repudio, a la acusación o cualquier otro sentimiento relacionado con la decepción. Sí, yo me olvidé del todo.


Los caminos se volvían como en primavera, ligeros, tranquilos, el aire que no enmudecía a las aves o al agua que recorría la tierra suave cerca del sendero, todo era un mágico milagro y claro, yo le iba conociendo a él y él, bueno, él era una ventana abierta al mundo.


Cada día me parecía uno más para seguir, sus historias, su vida, eran como un gran libro que hubiese deseado desde siempre y... sí, una noche...


El camino había girado cercando el mar, hermoso y luminoso, un mantel de azul profundo brillante e inmenso que nos cubría. Estaba de pie frente al mar con sus manos en los bolsillos llenando sus pulmones de la brisa nocturna. Un sentimiento me invadió, me parecía haberle visto por primera vez pero sintiendo que lo conocía de siempre.


Juraría que era aquel que protegió a su pueblo hasta sus últimos días, que se mantuvo fiel y firme, hombre de valor y armas, digno de portar su corona y tener el amor de los suyos, el cuál solo cometió el error de enamorarse de alguien como yo.


¿Quién era yo en ese justo momento? Era acaso una mujer viendo al hombre que la había enamorado o era aquella que necesitaba de algo por qué vivir. Después de avanzar unos pasos hacía él viendo su mano extendida comprendí que era ambas.


Una cabaña de un alguien, un lugar que alguien dejó y que la naturaleza inclemente volvió ruinas, un lugar que dió refugio a la fria noche y dio amparo al amor. Porque sus manos recorrieron las costas en mi piel y su boca, dulce, supo del sabor de mis sueños. Lugar donde sus ojos se clavaron en los mios y sus manos ataron mis deseos a los suyos.


Eso era el amor ¿eso? y entonces ¿que conocí antes? Cruda verdad, exquisíta realidad, maravilloso presente....

martes, 7 de septiembre de 2010

De espaldas a aquel mundo (II)


...Caminamos, sí. En principio el uno lejano al otro, yo adelantándome y el tratando de marcar mi paso. A veces dejándome caer en el camino y él jalandome.


Insistía que unos pasos más allá habría algo maravilloso. Su actuar me parecía curioso además de arriesgado, ¿a caso no había notado de quién estaba acompañado? Yo, la princesa perdida y olvidada que prefería olvidar quién era, yo, la que estaba llena de tristezas y heridas, sumergida en la melancolía e incapaz de reír sin incentivo. Esa era la compañía que había elegido.


Me contó un día por la mañana en la que el viento y la lluvia nos azotaban inclementes en el camino, que él también había sufrido pero que ya había olvidado. No podría olvidar esa mañana porque por primera vez vi un dejo de tristeza en su mirada. Era dificil ser ajeno a aquel sentimiento, un alguien que siempre intenta mejorar cuanto está mal no merecía tales sufrimientos, no, la gente buena no las merece.


Había algo más y lo iba notando, mientras el sol asomaba ya por la tarde de aquel mismo día de lluvia, sus ojos brillaban al mirarme, suspiraba muy seguido y me asaltaba con cuentos cómicos que me hacian retorcer de la risa. Intentó varias veces subir a un árbol por la manzana más apetitosa, sabía que no me gustaban, pero el decía que primero había que probar antes de juzgar. ¿Eso me hacía cobarde?, me dispuse a pensar en ello y sí, llegué a la conclusión que era una cobarde por las tantas cosas que no había enfrentado en mi vida.


Me dió la manzana, roja y dulce. Ya no volví a tener hambre, mucho menos penas y angustias. Había conocido la dulzura y estaba segura que no podría renunciar a ella. íncreible, su compañía ya me parecía necesaria...


Días o meses pasaron, de vez en cuando tocaba dormir aunque él lo hacía a medias y es que estaba enamorado de las estrellas. Yo cerraba los ojos por cansancio, no quería dormir pues de sueños me asaltaban los recuerdos de la torre, la muerte, las batallas y esas heridas sangraban en sueños. No supe hasta que una de esas noches en que desperté exaltada por una pesadilla, que él cuidaba de mis sueños, lo descrubrí con sus dedos suaves sobre mi mejilla observándome. Si no hubiera mirado esos ojos castaños y soñadores, de pestañas largas e increibles, ojos, con un brillo especial que eran semejantes a las estrellas cuando tiritaban, le habría golpeado y quizás abandonado en el camino. Sin embargo, me alejé un poco y solo fue por el ardor en mis mejillas....


Vaya sorpresa, la que se creía muerta estaba muy viva con sangre tibia recorriendo las venas, aquella que pensaba que el camino era un extenso trecho de tierra y piedras que le tocaría recorrer a solas se dió cuenta que hay verde y tierra fértil. Aquella que pensó no ser más de nadie esa noche deseó, con toda esa fuerza que le recorría, ser de uno...

jueves, 2 de septiembre de 2010

De espaldas a aquel mundo (I)


Y sí, de camino al salir de la torre, golpear al dragón y despreciar al caballero de brillante armadura lo encontré a él. Estaba sentado en la orilla de un camino observando el cielo, imaginándose que ahí entre medio de esos astros luminosos habían mundos desconocidos, gloria, batallas y algo por reconquistar. Deseaba ir con toda su alma porque como muchos otros pensaba y sentía que no pertenecía a ésta época.


Yo en un principio le miré y pensé en seguir mi camino, al fin y al cabo, había decidido dejar atrás todo aquello con lo cuál pudiese toparme en la vida e interrumpiera mi frenética carrera hacia la nada.


Pero su voz me hizo detener, hablaba solo mirando aún las estrellas. Decía que eran mundos brillantes en constante batalla algunos, otros creciendo y los que más tiritaban a los lejos eran los que morían, porque según él, la muerte tenía un brillo especial ya que significaba un nuevo comienzo.


Pero yo sabía que eran mundos tristes, lejanos o quizás toda mi percepción se limitaba a un solo mundo del cuál hace poco había escapado. En un momento sentí la necesidad de hacerle ver la realidad, de explicarle de que se trataba y que sabía sobre aquello. Me senté a su lado y él me miró, se quedó largo tiempo así hasta que pudo decir que mis ojos le parecían mejor vista que las estrellas.


Báh, pensé, otro más de brillante armadura. Pero cuando me disponía a seguir mi camino, él sostuvo mi mano con la mirada fija en las estrellas y siguió contándome sobre como sabía eran esos mundos. Y habló y habló por largas horas, me contó historias mágicas y divertidas que me hicieron reír, cerré los ojos muchas veces imáginando esos sitios que curiosamente ya conocía pero que él lograba yo redescubriera viendo lo que nunca pude ver.


Montañas, mar, tierra roja...flores ¿pero, eso existía? le pregunté en un momento y él respondió que sí pero que de seguro el filo cegador de mi espada no me había permitido ver más que el reflejo de mis enemigos en su hoja, de la guerra y la muerte, sobre la desolación y desamparo de la cuál ella era madre, amante y hermana.


Cabizbaja me levanté y solté de su mano, le dije que debía seguir mi camino y que yo no era buena compañía para sus historias y sueños, yo tenía heridas profundas y cargaba con memorias desconocidas. Él respondió que entonces me acompañaría, que le parecía que arriesgar la vida por un par de hermosos ojos valía la pena...

martes, 3 de agosto de 2010

Crueles sueños.


Quisiera retenerte siempre, siempre, aún cuando por las noches pareces huir de mi. Esos enormes espacios que se crean entre tú y yo, llenos de frío y soledad, me aterran. Tu espalda es lejana y sus suaves contornos color canela como tierra fértil a la que amar, son el destino mío que tomé, el cual busco alcanzar. Mis dedos rozándote imponiendo territorio - despierta... - te digo.


Llamo a tu oído, susurro palabras de amor que te juro no son nada si debiera comparar con el río de emociones que soy, respecto a tí. Y en silencio, sin ti, me duermo.


Como una flor agarrada a tu cuerpo, con el rocío de tu boca como alimento...Miedo me da lo que veo, tiemblo por completo, el dolor parte en la punta de mis dedos. Soy como una raíz que echo vida en tí y he florecido tanto, tanto. No creas, lo recuerdo, recuerdo cuando sola y muerta estaba sin corazón. Sí, tú lo sabes, no tenía corazón y por ello sembré en ti y nací, nací y viví y ahora me arrancan de manera vil. Siento el mismo aire matándome poco a poco, ojos muertos, pétalos secos, cuerpo sin vida, verde sin agua...


Y mientras me elevo por el viento en compañía de la nada oígo tu débil voz y como abofeteada por las irrealidades que buscan venganza, regreso a nuestra cama - un sueño, era un sueño - me repito. Tu brazo cruzando cintura y llevándome hasta ti. Tu calor regresando a la vida y el terror derrotado por tu halo de palabras aún dormidas.


- Sí, sigo aquí. No te alejes - te digo buscando refugio en tu pecho - es un sueño - me repito, quitándo de mi memoria aquellos terrores que implican el no tenerte, el no alcanzarte.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Mirada



Calculo con emoción la distancia
entre espejos reflejada.
Una huella impregnada en el frágil cristal
toca La fibra propia del alma.
Me miras ¡vaya golpe, sagaz estocada!
He sacudido el aire que exhalas como un temblor
y deduzco con muchas esperanzas
la vida que me espera entre espejos reflejada.
Esa huella impregnada desde la mañana
tiene aun la tibieza de tus palabras
Me miras otra vez ¡Vaya clamor, ardiente mi alma!
Hace unos escasos minutos
he absorbido de tu boca,
el beso que yo anhelaba
.

martes, 18 de mayo de 2010

Silencio




¿Por qué no me hablas?
es todo un desconsuelo de silencios,
ya no me hablas y mi voz se ahoga
con el llanto del gorrión en invierno.
Esa, que era melodía viva,
me la niegas como canto al duelo,
buscando mi muerte, sí, mi muerte.
Porque ya no me hablas, ¿por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?...
Los minutos pasan, la noche acaba,
yo he derramado una gota
sobre la piel oxidada,
buscando un pequeño sonido
me recuerde el roce,
las palabras en espejos marrón de la mañana.
No me hablas ¿por qué?
las aves emprenden la retirada.


Vacío


Hay un vacío entre tú y yo
destruyendo el firmamento.
Está omnipotente, orgulloso,
volviendo oscuro todo aquello que veo.
Y sí, no te veo.
Que doloroso es este lado del universo
tan siniestro, tan de tantas cosas que contengo
aquí, sí, adentro...
A ese, que es tu amante y el mío,
le dimos vida una noche
¿recuerdas?
No, no recuerdas,
se perdió aquello que tallamos
mirando nuestros reversos.
Hay un vacío entre tú y yo.
Lo amas ¿no es cierto?
Oh, sí, lo amas y yo lo desprecio.
Está aquí, presente
como el agua partiendo el cielo.


jueves, 22 de abril de 2010

Dedicada =D

Hace un par de días alguien muy importante para mi me regaló esta canción. Es muy hermosa, me gustaría ser siempre para él aquello que dice esa canción (yo la verdad no lo creo mucho pero..) y mantener su ilusión.
Bueno, aquí va. Gracias por creer asi en mi.


http://www.youtube.com/watch?v=BRV7sDhzWyE&feature=related

jueves, 25 de marzo de 2010

Momento.


Aquello era tibio, si sabes.
Un minuto que invadió el alma,
rompió la fuerza y tocó la piel en silencio.
Que valen los ruidos callejeros intentando distraer,
la noche o el crujir de las paredes,
que significa ahora mismo el universo
o todas las ideas que conjuré siendo triste.
Para qué sirve realmente el olvido si aún es roja la sangre
o simplemente ¿la vida?,
si he dejado un hueco vacío donde tu estabas.
Es simple,
profundamente te he amado y profunda es la caída.
Yo te veo ahí, tras los espejuelos y notas cuando lloro,
Cuando río o cuando deseo.
Estás ahí, tras esos colores inventados por el suelo
y notas al matiz de la lágrima hecha ruego.
Alégrate por Dios, amor mío,
me desangro y duele,
¡Vivo! Aunque a veces creas que muero.
Es imposible no hundirse en el veneno de la amarga distancia,
si te amo como nadie sabe que amo,
si te extraño como nadie supo describir lo que era retorcerse
en amargos desvelos,
sí tantas cosas, si todo es tan increíblemente cierto.
Me alejo de ese que es nuestro lecho, o me arrastro,
sepa Dios como encontré consuelo.
Alégrate amor mío, ¡alégrate!,
Te amo como nadie sabe que he amado ,
Y te siento, como ningún mortal sabe sentir cuando se siente al recuerdo.

martes, 23 de marzo de 2010

Habitación 419 - cama 8.


Siguen siendo días difíciles. Tras 12 días en el hospital no muchas cosas han cambiado, sin embargo, estoy en casa. Aquello reconforta el alma, haber sido un número, una cama más en un lugar frío lleno de esa ciencia en la que nunca he creído pero que por primera vez, salvaguardó mi vida.
No tenía muchas ganas de escribir, la verdad, me hallo deprimida en una situación personal de la que no he podido levantarme, podría decir que sufro algún mal, un hechizo nefasto o una maldición, pero estos últimos días me ha dado por pensar que solo tenemos lo que cosechamos.
Toda mi vida he intentado huir ciertamente de cómo soy y de lo que soy, simplemente porque siempre he querido ser parte de este mundito pequeño lleno de hostilidades y envidias, pero también de amor.
Me vestí de negro infinitas veces para no destacar, me escondí tras las sombras para mirar todo cuanto acontecía y anhelaba, pero que sentía no merecía y ahí, en esa cama, imposibilitada de poder moverme, me sentí desnuda, débil. frágil y fuera de mi misma.
Ciertas noches, me retraía al pasado, buscaba pretextos para pensar que mi destino no era estar ahí, que aquello (como dije anteriormente)era un plan malvado de alguien, pero no... no llegó el enemigo ni el amigo.
Descubrí, tragicamente, como son cada uno de los que conozco. Lamenté no ver a mi madre triste, a pesar de ver en sus ojos el sufrimiento por verme llena de dolor en aquella cama y tratar de infundir en mi ese valor estoico con el que me enseñó a crecer, lamenté, no ver a doña I ahí cuando ella sabía cuanto me pasaba o a don A, quien llamó ciertos días preocupado aunque yo sabía que no iría a verme, a veces sus dudas y miedos son más fuertes que sus más poderosas convicciones o quizás simplemente no pudo, eso solo lo sabe él, yo agradezco su preocupación sea como fuere.
Sin embargo doña A si apareció, tan loca como siempre y desesperada por decirme que había hallado la verdad. No quise decirle que la encontré hace tiempo, parecía hacerle ilusión saberse propia de aquel desagradable decubrimiento. Más que todo aquello, lamenté haberme visto en el espejo y notar mis más profundas debilidades en aquellos momentos de cuidado.
Tuve miedo, un miedo horrible, no soportaba el dolor como creí y mis fuerzas flaquearon más de una vez, creí jamás necesitar a nadie pero aquel día sábado necesitaba tan desesperadamente una visita de un amigo, los llamé a todos.
Esperé, esperé..., esperé con inocencia, esperé con angustia, esperé y esperé...Darme cuenta luego de mi triste verdad me sumergió en ese silencio al que yo ahora llamo "conciencia".
Logré salir con bien, es verdad y por ello estoy agradecida aunque la recuperación es demasiado lenta y no me deja mover como quisiera, tengo una realdidad presente que observo como un animal asechante pero reprimido hasta que cure las heridas, me siento de tantas formas increibles y diversas, y por lo demás, tambien siento dolor en las heridas.
Una vez confesé que deseaba ser sencilla y a por ello fui con todo de mi, pero jamás lo logré. Ese es el gran fracaso de mi vida, sin embargo, un día le conocí a él.
Tan idóneamente sencillo, tan comun entre los mortales, tan amante, tan propio de sus sentimientos, tan perfecto como aquella meta que siempre anhele y solo en estos dias pude ver que la sencillez era parte ya de mi vida, que no hubo necesidad de cambiar para tenerla conmigo. Sus llamadas, cada una de ellas, eran mejores que la medicina, mas sabrosas que la comida que no recibia o el agua que me negaban. Todo él era una esperanza que aún sabiéndola mía a veces no lograba ver.
Alguien debería decir o escribir en esos enormes libros de medicina que un enfermo necesita ver a quienes ama antes que a una medicina... alguien debería decir aquello, yo lo había oído, ahora lo he comprobado en carne propia.
No se si tengo más que decir o si deba decir algo más, quizás un ruego, una plegaría para pedir fuerzas y curar heridas, un bastón en vez de una espada o ver el propio brillo cada mañana. Una hogaza de pan, agua, una sopa simple, no tener más dolor, poder verte cada día...
La vida es tan frágil y corta... no puedo evitar pensar que hubiese pasado sino hubiese llegado a tiempo, habría muerto como muchos otros, hubiese pasado al olvido y hubiese sido un golpe ver que no somos nada a pesar de que siempre creí que yo era parte de un todo importante o especial. Felizmente sabría que le he dicho todo a todos, aunque me hubiesen faltado cosas como lograr el hogar para mi hija y hacerle falta...eso es lo único que no me habría perdonado.
Pero las cosas fueron distintas, sigo aquí para ustedes, mis amigos, ustedes quienes sean y a quienes aprecio por darse el tiempo de leerme o visitar este blog, sigo aqui para mi pedazo de cielo, sigo aquí para ti mi amor, sigo para lo que sea menester, sigo con lo poco que queda (esperanza, amor, alegría y ganas, algo de fuerza aún debilitada por las sombras, fé, por ese destino que aún creo tengo...) sigo aquí por que tengo una historia que escribir.

Sigo señores mios, ¡continúa la aventura de vivir!.

domingo, 7 de marzo de 2010

Día primero: Invierno.




Siento un dolor profundo.
Un aroma tuyo dispara el recuerdo
y sangra el cuerpo en llanto.
Me siento en la misma silla de ayer
intento hacer lo de hoy,
mañana lo haré tambien.
No veré el sol, yo se...
siempre será invierno.
Me escaparé a los rincones
quebrados de mi casa
y daré pasos atrás en la madera añeja,
me iré allí dónde brillaba el sol,
cantaban las aves y mentiré
para decir que nunca te has ido.
Siento un dolor profundo...
Mañana, si, quizas mañana
espere ansiosa tu regreso.
Primavera, tú siempre has sido la primavera.




lunes, 15 de febrero de 2010

Luciérnaga.


Entre las oscuras sombras
en las que mi vida baila,
Por favor en mis ojos
posa tus alas, luciérnaga,
Y déjame sentir que no existo.
Baila entre mis labios como locura
de primavera que aún no llega.
Y en medio del susurro haz una pausa,
una piadosa pausa en tu vuelo
por esta alma siniestra.
Camina entre montes elevados, tócame,
quiero sentir el temblor de la presencia,
Búscame y vuelve a volar sobre lo intenso,
Llenando de luz el todo que odio a veces,
esto que es nada y es solo tú
Luciérnaga
.

viernes, 15 de enero de 2010

Cuando él dormía.

Las noches llenas de crepusculos
Invaden mi alma altiva,
comprometida,
y a veces debastada.
Tu amor que me inundó un día
Quiso escapar, quiso olvidar
y ¡ay! no sabes de las sombras amor mío
que siempre me buscan débil,
hallando el momento para matar.
Entonces me dije llanto y miedo
e intenté no morir tocando tu espalda con mis dedos.
Si es que soy luz ¿lo recuerdas?
asi te susurré mientras dormías,
pero a veces hasta la mas fuerte de las llamas
necesitan del soplo del afecto,
es que la lluvia, mi amor, cayó incesante sobre la mejilla y el alma.
Vuelve al abrazo vida mia, vuelve al contexto común
y la sinfonia,
despierta de ese sueño que me aparta y me asesina,
toca mi alma con ese beso que a lo marchito reanima,
Eleva airoso tu preciado afecto contra aquello
que sigiloso busca revancha.
Sí, ¿no sabías?
Eres el sol, la luna, eres ¿que no eres?
Abre esos ojos, locura y existencia, que tu presencia inunde la mirada mia
y entonces logre la esperanza.

jueves, 7 de enero de 2010

15 segundos




La verdad...

A pesar de que el cielo parecia romperse en medio de una tormenta, la imagen fija en los ojos nublaba la mirada.

Y ella corrió, sostenía sus ropas intentando cubrir la desnudez de su piel y la sangre que brotaba violenta del alma. No importó esta descalza, sentir en cada musculo la violencia de correr desesperada diciendo - No -

A cada escalón sembrado de rojo, las paredes que parecían cortar el paso mientars crecían y se abalanzaban sobre la fragilidad de una mujer


Su rostro se repetia en su mente, sus caricias, aquella noche en que el amor si existió y se metió en el alma por siempre y para siempre, más allá de la voluntad, más profundo que la memoria misma del cielo, como la estrella que brilla a pesar de que las nubes no dejan que las almas desesperadas la vean para tener la fe necesaria de continuar, como todo aquello, como el acto de lo màs hermoso de aquel mundo ella aun sentìa el calor de su piel contra la suya y, escondida en medio de una cortina y los cristales se abrazó y dobló.


El estomago se contraía y no podìa gritar, no podía llorar y ...el cristal mostrando afuera la traición...


Por siempre... mi corazòn, por siempre mi corazón - repetía en un susurro imperceptible y sensible solo al aire. La mano resguardando el vestido y lo que ya no había en el pecho; ese día en el rostro había dolor y en la sangre la misma realeza de siempre, insoportable y desafortunada. Un ruido y el animal herido se levantó sin voluntad. Siguió corriendo desesperada - una puerta, una ventana, aire.. -


El ruego fue escuchado y se abrió asi ante ella el dolor. Cerró los ojos más contraida aún caminando en medio de los horrores de la guerra que no logro ver venir. Y su alma quiso huir y su voz desde un balcón la retuvo, su voz...su voz, su amante voz, su dulce voz como el peor de los placeres y deseos, como aquello inevitable. Su voz.
- Por favor, no corras más -

Cerró los ojos y se giró para verle mientras su alma decia adiòs. Mirar esos ojos una vez más, solo una vez y morir. Tuvo fuerzas , si, esa alma las tuvó y se quebró.

Cortos pasos y siguió corriendo, tan rapido como lo que le quedaba de vida permitia y al encontrarse lejos, muy lejos se sentó, los ojos se secarón y el alma lloró. Un dolor que partió desde los dedos de los pies llegando al estomago para luego acongojarlo todo en medio del silencio la hizo volver a la realidad...Solo unos segundos habían pasado en que el amor se convirtió en nada, en que el sentimiento lo fue todo, en que correr fue lo unico que se salvó en medio de esa batalla infernal que era su alma. Silencio... y las únicas palabras vertidas tras esos segundos fueron..

- A pesar de - las últimas, si, antes de olvidarlo todo.

sábado, 2 de enero de 2010

Lobo.


Iba por el bosque, gruñendo y gimiendo de dolor. En medio de los frondosos y fuertes árboles iba buscando a la que perdió.

En sus colmillos que afloraban como sangre a la herida se hallaba el secreto que tantas veces buscó proteger. Me pregunto ¿como es el dolor de una bestia?

Siempre un amigo fiel, aquel lobo la amó en silencio, vigilando su figura cambiante, el como maravillosamente sus cabellos creacian junto a los preciados contornos de la adultez, el que adorara caminar bajo la luz de la luna y las tantas veces que ella se confesó enamorada. Y si la amaba ¿le amaría a él también? porque él era uno con la luna. Pero que esa inexplicable y sencilla forma de vida que se vertía delicada dentro de ese cuerpo de mujer le viera con otros ojos un día, era como el sueño de un día confesarle todos sus secretos al oído a la diosa de plata.

La heridas que llevaban consigo eran muchas, sus enormas patas atravesaban el campo sembrado de flores en medio de ese bosque que ella tambien había caminado junto a él innumerables veces y la vista se le vió nublada por el llanto. Sí, las bestias lloran.


Porque el recuerdo era más fuerte y traia las palabras, porque el desamor traía como una flecha en recuerdo de sus palabras clavándose en él aún cuanto aullaba rogándo se quedara y el corazón, el corazón ... ¡cuanto dolor puede soportar un alma contraída por el deseo y el amor jamás confesados? si el rechazo fuese el enemigo, sería como una espada quitando la vida poco a poco.


- Más rápido, más rápido! - gritaba algo en su interior como si en ello el alma estuviese puesta y como si respirar tampoco fuera necesario, el cuerpo contrayéndose y los musculos retorciéndose por el esfuerzo. La gloria hundiéndose en ese momento en que ella, ella su profundo amor, se fue.


La luz iluminaba el fin del camino y daba paso a sonoro aroma del mar rojo, sus garras de adhirieron al suelo como un freno a la locura junto al borde de ese precipicio que tantas veces sirvio de cuna y nana para su pequeña dama. Los ojos vidriosos y el aire escapándose junto a ese barco que se la llevaba. Podía olerla, podía sentirla casi como si estuviera cerca y aún asi, aún sintiendo que podía dar el amor más grande del mundo ella se alejaba.


Si los dioses nos odian asi, como es posible continuar...


Palabras vagas que se dibujaban en la mente como salvavidas, como reteniéndose para no intentar seguir corriendo dónde ya no se podía.

La cabeza de un lado a otro agitándose, las patas moviendose sin sentido, el pesado y fuerte cuerpo queriendo caer y caer más veces, los colmillos quebrantados y la voluntad que sostenía todo, la voluntad para el dolor y la angustia de lo que jamás volverá. Entonces ¿cómo no esperar que se desencadene la osadía de la derrota y el declive de lo que aún lo hacía humano?


Un aullido recorrió cada lugar de la tierra, incluso hasta ese barco, Un aullido que desgarraba todo lo vivo haciendo carne el dufrimiento. Ella llevó sus manos al corazón y dijo - perdóname pero siempre fue de él, siempre -dijo.

Y en aquella bestia que a cada lágrima derramada abandonaba su forma, sus recuerdos, todo cuanto había sido por ella, que le arrastraba irremediablemente y sin esperanza a lo profundo de las cavernas de la montaña sur dónde solo se podía matar o morir.


Si aquel desgarrador aullido no hubiese cesado cuando ya el frágil cuerpo de la bestia caía sobre las rocas, hubiese pensado el mundo que viviria en eterna tormenta, pues las lágrimas de aquel que un día fue hombre no cesaban de caer sobre las aguas y la tierra, abarcando al mundo.


Toda alma viviente aquella noche sintió congoja por el que ahora solo era una violenta bestia, que lo perdió todo y lo abandonó todo por el más terrible y a la vez intenso sentimiento humano; el amor.

viernes, 1 de enero de 2010

En honor a 1457.


Por largos años me di el tiempo de sentarme unas horas a analizar como había sido el año en curso, generalmente lo hacia el mismo 31 y como una lastimosa costumbre sacaba cuentas negativas de lo que habia ocurrido.


El año 2008 se despedìa dificil, son muchas ideas y sueños pero por sobre todo, con una ilusiòn que me había permitido tener y esa ilusión tenía nombre de hombre.


El 2009 estuvo lleno de cosas nuevas pero más de valor, sí, tuve el valor para muchas cosas que jamás pensé. Cerré ese circulo tan profundo que marcaba mi vida, te dejé entrar en mi alma, tuve la fuerza emprender el camino sola y de dejar ir a mis compañeros de camino...


Anoche, junto en el conteo regresivo para el cambio de año sentí una fuerza que jamás antes había sentido, una sensación o presentimiento de buenaventura, de cosas nuevas, de que todos estos cambios seguirian siendo para bien...


"... y en medio del desolado camino que rodeaba al antiguo campo de batalla parecía que lo pedregozo del mismo se acababa o eso parecía; quizás existian las mismas piedras pero el corazón de los agotados soldados tenía algo que les llenaba el espiritu, proveniente de la simpleza de un nuevo día y eso se llamaba esperanza..."


No hay mejor forma de expresarlo...


Este año quiero, quiero, quiero y haré... y siento que es tiempo además de dejar que ciertas cosas pasen. Ya enderecé el camino, ahora solo dejaré que las olas del destino hagan cuanto deben y una cosa más, dos mensajes para quienes sepan leer...


"... La diferencia entre nosotros no existe, nunca existió, pero si dejais que entre en vuestros corazones no habrá motivo real para vencer lo que creiamos invensible o imposible, como volver a casa..."


"... ¿Crees en los milagros?...deberías, tú eres uno y no deberías temer a ser parte de algo tan increiblemente fantastico y especial..."


Gracias a todos por leer mis locuras un año más. Mi respetos a esas almas antiguas y compañeras y a esos furtivos visitantes que se detienen un momento, gracias a ti, mi paz, por ser inspiración y permitirla.